miércoles, 14 de enero de 2015

La importancia de las disfunciones, clasificadas como tales no son sino conductas que se desea erradicar, pero no en uno, sino en lo que se presume saber de otros, poniendose como ejemplo de lo que debe ser, como lo adecuado y no como aquello que atañe a otros, considerados como impropio del ser humano, pero siempre del punto de vista subjetivo, aunque eso este ocupado plena muchos, que se dice que se aparta de la norma que para el propio sujeto resulta normal, sin tener que recurrir al consenso para así pronunciarse sobre tal patrón de conducta, que al final pasa a considerarse como mala, ya sin esperas sobre ella, que se ha podido estar sosteniendo para condenar ya para siempre, o para un trecho de tiempo largo, pero que pueden ser habilitadas en otros contextos o épocas. Como disfunciones siempre serán conato de purga, ruda y cruda. Lo malo en mayúsculas asume su máximo valor como El Mal, lo prohibido y variable, siempre con mas o menos razones que justifican las conductas buenas, hasta las conductas Buenas, como únicas a seguir. De forma que todo es visto desde infinitos puntos de vista.

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